He visto en ALT1040 una imagen que me ha dejado perplejo. Me recuerda a los rancios tiempos antiguos y oscuros de la Iglesia católica, el caso es son imágenes actuales de una ceremonia religiosa de la exaltación vanidosa del ser hunamo, y no se tratan de una escenas para recrear la película “Los Borgia”.
Buscando un poco en los enlaces llego a EL PLURAL, en donde Andrés Villena Oliver comentan lo siguiente:
Es la aparición del cardenal Antonio Cañizares en una ceremonia organizada por una de las órdenes más conservadoras de la Iglesia católica, en la que el prelado porta una impresionante y magnánima capa de cinco metros de longitud , lo que ha suscitado un debate crítico entre fieles y creyentes de la Iglesia católica, que no gana para sustos. Ya no son sólo los habituales detractores, sino que se trata ya de católicos practicantes los que comienzan a mostrar su asombro ante la tremenda arrogancia y vanidad , que algunos cargos de la jerarquía eclesiástica siguen mostrando en la actualidad.
La Iglesia católica está reaccionando ante su pérdida de poder e influencia, radicalizando sus rasgos más conservadores y reaccionarios. El ejemplo de Cañizares es solo uno más entre todos los que se están produciendo en los últimos tiempos, en los que los cambios sociales del Ejecutivo progresista están levantando muchas protestas de los sectores más reaccionarios.
Católicos de carácter progresista, se ha criticado la “contradicción” que el tipo de vestimenta portado por Cañizares y estas ceremonias guardan “con el Evangelio de Jesús”.
Las fotos, (no dejes de verlas), no tienen desperdicio, como puede observarse, son un perfecto reflejo de la conducta que el prelado español está llevando a cabo en los últimos tiempos. Los propios cristianos progresistas se alarman ante el hecho de que el cardenal aceptara el ofrecimiento de portar esta vestimenta “sin dudar ni prever consecuencias, pues le gusta ser homenajeado por ese tipo de respetuosos religiosos. Se conoce su predilección por los fervorosos legionarios de Cristo que tan bien le acogen en Roma”.
No en vano, la capilla en la que tuvo lugar la misa pertenece al Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, una de las congregaciones surgidas para restaurar la liturgia y la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II. Este instituto fue fundado por el cardenal Siri, precisamente el gran perdedor en la sucesión a Juan XXIII y en el Concilio Vaticano II. A Siri se le atribuyen frases como ésta: “Hará falta más de veinticinco años para restaurar el mal que ha hecho a la Iglesia Juan XXIII”.
Son muchos los que nos preguntamos, teniendo en cuenta el carácter de la satisfacción que demuestra (Cañizares) en las fotografías, si ¿es sólo simple vanidad y deseo de verse engrandecido o es una manera de superar sus complejos de inferioridad?
Lo de la capa magna va a traer cola. Un gesto de vuelta al pasado que se suma a las anteriores actuaciones de la Iglesia, en un viaje que, lejos de adaptarse a los tiempos presentes, pretende retroceder a épocas más pretéritas aún.
Se que a muchos no les gusta este tipo de crítica, pero la verdad que la imagen choca con la supuesta humildad y pobreza que debería desplegar Antonio Cañizares y más teniendo en cuenta el cargo que ostenta, según ellos son los representantes de Cristo en la tierra, una cosa que ya dejé hace tiempo de creer.
¿Le habrá pedido Dios que se enrollara en esa majestuosa capa? ¿Y quién piensa en el pobre monaguillo cargacapas? ¿Es así como nos imaginamos a Jesucristo?
Ironías de una institución que no cumple con lo que predica.