Antonio Espejo en EL PAÍS, comenta que Unas vacaciones sin fotografías (digitales, claro), no son vacaciones. A la vuelta hay que enseñar a los amigos dónde hemos estado, a quién hemos conocido y, sobre todo, esos maravillosos paisajes que han desfilado delante de nuestros ojos.
¿Quién no tiene una cámara digital ya? ¿O un teléfono con cámara? La fotografía digital es uno de los fenómenos que más rápidamente se han popularizado. En apenas ocho años, todo el mundo se ha comprado alguna. Las hay muy asequibles que tienen suficiente calidad para imprimir las fotografías a un tamaño más que aceptable, además de poderlas ver en el ordenador, en la televisión o mandárselas a los amigos o familiares en un correo electrónico. En esta época de vacaciones es cuando se hacen más fotografías, bueno es tener en cuenta algunos consejos.
Lo bueno, si breve…
Uno de los mayores vicios que se adquieren con una cámara digital es disparar fotografías sin importar cuántas se hacen. Las tarjetas de memoria son económicas y tienen la ventaja de poderse borrar y reutilizar, mientras que los carretes eran únicos y cada disparo suponía un original. El resultado de hacer clic muchas más veces no suele mejorar la imagen final, lo único que se consigue así es tener que pasarse un buen rato borrando en la cámara, o en el ordenador, todas las fotografías que no interesan y de las que seguramente no se sacará ninguna copia en papel, ni en ningún otro soporte. Cuando vea algo interesante que quiera fotografíar, intente imaginarse primero el resultado, piense antes en la fotografía que realmente le gustaría obtener y, después, trate de encuadrar lo mejor posible ese pensamiento en la pantalla o en el visor de la cámara y empiece a disparar entonces. Como podrá ver el resultado inmediatamente -ésta es la mayor virtud de la fotografía digital-, elimine al momento las malas y conserve sólo aquellas imágenes que realmente considere interesantes.
La vuelta a casa
Ahora, que no hay que revelar ningún carrete, y las copias se pueden hacer en casa, pero es recomendable que se encarguen, a un laboratorio profesional. Ahorrará dinero y tendrá garantía de calidad. Además, las puede pedir cómodamente desde su propia casa, a través de Internet, en uno de los laboratorios on-line que ya abundan en España. Lo que sí tendrá que hacer es una selección de todas las fotografías digitales y arreglar un poco las que lo necesiten. Todos los sistemas operativos traen programas gratuitos que permiten ver rápidamente todas las fotografías, a los que hay que añadir los programas que suelen venir incluidos con la propia cámara. Sólo con conectarla al ordenador (o el lector de tarjetas de memoria), el ordenador la detectará y le ofrecerá abrir algún tipo de aplicación para ver el contenido.
Copiar y guardar
Lo primero sería trasladar al ordenador todas las fotografías tal cual, sin ningún tipo de manipulación, ni edición, y sin borrarlas de su lugar original hasta que no esté seguro de haber guardado la copia correctamente. Así evitará pérdidas irreparables. El siguiente paso sería una selección de las imágenes que realmente le interesen y borrar las demás. A partir de aquí podría agruparlas o clasificarlas por grupos de motivos, de fechas, de lugares, etcétera y darles un nombre representativo. Por ejemplo, puede crear una carpeta que diga Playa y colocar todas las referentes a ese tema. Hecho esto, seleccione todos estos archivos (las fotografías) y haciendo clic, con el botón derecho del ratón (en Windows), escoja Cambiar nombre y escriba Playa de… (lo que desee). Haga clic en Intro y todas las fotografías seleccionadas cambiarán su nombre por el nuevo y añadirán automáticamente un número detrás para diferenciarse. Así tendrá todas las fotografías que le interesan ordenadas y con carpeta y nombre descriptivo.
Edición
A partir de aquí puede abrir su programa de edición favorito, el que traiga el sistema operativo por defecto o, si lo prefiere, descargarse uno de Internet, como el popular Picasa de Google. También puede recurrir a la casa Adobe y descargar su programa gratuito Photoshop Album Starter Edition 3.2, o bien, si se atreve con cosas mucho más complicadas, optar por una versión de prueba del resto de programas. En cualquier caso, los retoques más habituales son asequibles desde cualquiera de ellos. Entre los más importantes estarían el recortar y enderezar la imagen, corregir el color, el contraste y el brillo y/o eliminar los ojos rojos de las fotografías con flash. Con esto es suficiente la mayoría de las veces. La edición más profesional requiere de un programa especializado y caro y el control de un especialista.
Todo bien guardado
Cuando acabe de editar todas las fotografías, grabe los archivos en un CD/DVD, disco duro externo o similar, e identifíquelos. Aunque todo este proceso es el más tedioso, con un poco de práctica no resulta demasiado largo y permite tener siempre a mano todas las fotografías en perfecto estado y bien ordenadas. A partir de aquí puede encargar copias en papel, usar su propia impresora, mandárselas a los amigos en un correo electrónico e incluso colocarlas en una página especializada de Internet como Flikr, y compartirlas con todos los que desee. Pero no es el único sitio, también tenemos Zoomr, Picasa Web Albums y Photobucket.